Este es el método de aplicación más común y recomendado para insecticidas de efecto residual como microencapsulados, polvos solubles, etc., pero también se pueden aplicar insecticidas en otras presentaciones.
Para su aplicación se utilizan las pulverizadoras manuales, las cuales expulsan el insecticida en gotas gruesas, estas se depositan en paredes, zócalos y zonas donde las pulverizadoras a motor no llegan, facilitando la eliminación de insectos voladores y rastreros por contacto.